La encuesta Òmnibus llevada a cabo por la Generalitat de Cataluña – concretamente por el Centre d’Estudis d’Opinió (CEO)-, y que incluye las máquinas de juego en hostelería, no es representativa del sentir mayoritario de la sociedad de este territorio autonómico. Pues Cataluña está habitada por 8 millones de personas y la encuesta recoge las respuestas de 2.162 ciudadanos mayores de edad.
Pese a ese sesgo en la validez de esta investigación, arroja un dato muy esclarecedor. El escaso interés del ciudadano porque se implante el mando a distancia para la activación de las máquinas B en los locales de hostelería.
De los 2.162 encuestados, solo 216 personas se manifestaron a favor de la exigencia de dicho mando. Un porcentaje, pese a lo reducido de la muestra, muy poco relevante. Una prueba más de que las máquinas de juego en los bares no entrañan ningún peligro y son mero entretenimiento.